Tangerine (2015 - Sean Baker)

Colores saturados.

Personajes entrañables (y no tanto).

Espacios de Los Angeles cuasi vacíos que se recorren en taxi, caminando, corriendo, a los golpes, en colectivo.

Víspera de Navidad.

Filmada con IPhone 5S.

Logra un ritmo feroz, in-aburrible.

Dos travestis, dos amigas, un cafiolo, drogas, prostitución, un taxista armenio, una suegra metida, el amor, el desamor, la traición, los celos, la venganza, la violencia, un sin numero de risas (el guión es desopilantemente magnífico) que se mezclan con la tristeza de la soledad de la vida de estos sujetos.

La película se centra en Sin Dee Rella, quien acaba de salir de la cárcel para enterarse por su mejor amiga que su novio (el cafiolo) la engañó con una puta.

A partir de allí la vemos buscar -como una loca- en un primero momento a su novio y después (a los cinco minutos cambia de opinión) a la mujer con la cual la engañó para cobrar venganza.

Simplemente hermosa.

Divertida.

Dura lo que tiene que durar.

Esta muy bien.

Veanlá.

Le cabe un 8.

Mecanica popular (2015 - Alejandro Agresti)

Una noche que se construye a través de largos flashback.

Una piba, un viejo editor, alcohol, seducción y una diatriba indecible, iracunda, espantosa.

Una esposa muerta que se fusiona con la piba y más flashback dentro de los flashback que construyen el relato.

Unos diálogos que no se los puede creer ni el propio Agresti.

Alejandro Awada le pone garra, le aporta un dramatismo bastante interesante pero aún así no logré creerle.

El personaje de Marina Glezer (la piba que llega en medio de la noche pidiendo que le lea la novelita que escribió en un estado de locura suicida ridícula) no termina de cerrar.

Siendo una persona de letras (y un intento de escritora) por momento el discurso era gracioso y genial, no sé si ese toque de humor fue intencional o no, pero apareció y doy gracias por ello.

El problema es que esto sucede al inicio, después la amargura del protagonista se vuelve una cháchara insoportable.

El personaje de Diego Peretti no aporta absolutamente nada.

Patricio Contreras como sereno del lugar es lo mejor que tiene esta película (creo que es, en parte, lo que la salva), aplausos para él.  Las intervenciones de la Ricci (mujer muerta del editor), donde sí se sostiene (ponele) el texto, son también buenas.

Lo demás es puro bla, discurso intelectualoide que da asco, discurso que el propio protagonista detesta, el del snobismo, la modernidad y todo eso pero del que no terminar de salir.

Al caminar hacia la puerta de la sala escuché a un par de pibes decir: que buen guión.

Me dieron ganas de golpearlos con el morral pero después pensé: capaz no entendieron nada. O sí y yo fui la que no lo entendí. Todo es posible.

Verborragia eterna.

Por momentos infumable.

Le cabe un 5.

(no encontré trailer)

El abrazo de la serpiente (2015 - Ciro Guerra)

Una sublime poesía que encierra la soledad, la traición, el conocimiento, formas de vida, religión, creencias, locura, guerra, colonialismo y destrucción, todo desde el punto de vista del último sobreviviente de una tribu.
Contada en dos tiempos y con una fotografía del carajo.

Un transcurrir onírico entre la crudeza la la realidad y el delirio del ser humano.

Un viaje que va más allá de adentrarse en el amazonas.

Apenas empezó me dije: pffff dos horas de una película en blanco y negro sobre tribus perdidas, hombres blancos corrompiendo la selva, guerra y depravación humana... no aguanto.

Me equivoqué gratamente. 

La película me absorbió por completo y resultó - al menos para mi - conmovedora. No sé si estaré en plan "hippie amante de los arboles" pero no me avergüenza decir que al finalizar me sentía bastante alejada de mi chullachaqui, no me avergüenza decir que al terminar el film tenía un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos.

Las conversaciones de ambas historias (unidas por un personaje, el Karamakate) tienen una tensión y una profundidad que resultan hipnóticas.

Profunda y hermosa.

Le cabe un 9.